Diferencias entre maquinaria hidráulica y eléctrica
El uso de un tipo u otro de tecnología en la maquinaria que emplea una industria eléctrica también condiciona el ahorro de costes. Las diferencias entre maquinaria hidráulica y eléctrica ponen de manifiesto este aspecto.
Las principales diferencias entre la maquinaria hidráulica y eléctrica
Por ejemplo, un sistema hidráulico es más difícil de limpiar, por no señalar que alcanza un nivel de potencia inferior al de un sistema eléctrico y que, además, resulta más contaminante.
Los hidráulicos funcionan normalmente con aceite y gracias a la presión que efectúa sobre este una bomba hidráulica. Las posibles fugas de este aceite pueden suponer un inconveniente para la empresa, que debe además invertir mayores esfuerzos en tareas de revisión y mantenimiento.
Los vertidos del fluido ponen en jaque no solo el buen funcionamiento del dispositivo sino la seguridad en planta. Resbalones, caídas, descontrol de un producto inflamable…, el uso de aceite requiere ciertas medidas de seguridad y control extraordinarias para garantizar la integridad física de los trabajadores y trabajadoras, así como de las propias instalaciones.
Los residuos que generan las diferentes maquinarias
Por otra parte, este aceite ha de tratarse como residuo peligroso y gestionarse como tal por parte de una empresa autorizada y especializada en mantenimiento industrial y gestión de residuos peligrosos.
Los sistemas eléctricos, por su parte, (es decir, motores, generadores, fresadoras, etc.), no requieren de tareas de supervisión tan exhaustivas ni generan por el simple uso, a priori, deshechos nocivos para el medioambiente. Esto hace que el coste de mantenimiento de un equipo eléctrico sea inferior al de uno hidráulico.
Los riesgos ambientales se minimizan con el equipamiento eléctrico. De hecho, el empleo de sistemas hidráulicos precisaría de un plan prefijado para la purificación y reutilización del aceite industrial con el fin de gestionarlo adecuadamente.
El factor acústico también interviene. Pues el equipamiento eléctrico resulta mucho menos ruidoso. Esta característica no solo posibilita mejorar el ambiente de trabajo, sino posibles enfermedades en la plantilla, con lo que ello supone como coste empresarial (bajas laborales, tratamientos médicos, etc.).
En cuanto al nivel de precisión, las máquinas hidráulicas no alcanzan el nivel de satisfacción de una eléctrica. De hecho, las primeras son empleadas para tareas más toscas y repetitivas, es decir, que no requieren un nivel elevado de exactitud.
Intentar lograr una precisión elevada con un equipo hidráulico podría aumentar considerablemente el margen de error. Este hecho, de no subsanarse, generaría la insatisfacción del cliente con un trabajo que no ha sido rematado profesionalmente.
Sin embargo, a sabiendas de todo lo dicho anteriormente, ¿por qué existen empresas aún que no emplean equipamiento eléctrico? Una de las razones puede ser el riesgo de combustión. Los sistemas eléctricos comportan ciertos peligros de inflamación por avería, cortocircuito, rozamiento, etc. Muchas empresas no pueden correr este riesgo al contar con áreas inflamables y especialmente peligrosas.
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